Asesinato de Justo José de Urquiza
11 de Abril de 1870
Asesinato de Justo José de Urquiza, (1801-1870). Nació en Talar del Arroyo Largo, cerca de Concepción del Uruguay (Entre Ríos) el 18 de octubre de 1801
Mitos y verdades sobre la muerte de Urquiza
El lunes 11 de abril de 1870, -inicio de la Semana Santa de ese año- una partida de cincuenta hombres, encabezada por el cordobés Simón Luengo, formada por correntinos y orientales, y un solo entrerriano -José María Mosqueira- irrumpía violentamente en el Palacio San José, residencia del gobernador constitucional de la Provincia, general Justo José de Urquiza, y lo asesinaba, a tiros y puñaladas, en presencia de su esposa y varios de sus hijos, algunos de ellos de corta edad.
El hecho se inscribía en el marco de una rebelión iniciada en la Provincia y que encabezaba Ricardo López Jordán, protegido de Urquiza y, hasta ese entonces, algo así como la segunda figura política de Entre Ríos.
El trágico suceso del que se cumple este viernes ciento cuarenta y cuatro años, sugiere algunos interrogantes e invita a algunas reflexiones :
¿MUERTE ACCIDENTAL O CRIMEN PREMEDITADO?
Varios historiadores sugieren lo primero. Parten de la base que no existe documento escrito alguno del jefe de la revuelta que acreditase tal propósito. Es cierto: no hay, ni podría haber un documento expreso donde López Jordán reconociese haber dado la orden de matar al general Urquiza. Es absurdo sólo suponerlo. Pero sí existe lo que los abogados llaman indicios «graves, precisos y concordantes», para afirmar, con un enorme margen de certeza, que el crimen fue premeditadamente decidido por los insurrectos encabezados por Ricardo López Jordán. Hay un trabajo del Dr. Martín Ruiz Moreno, que afirma que en las reuniones del Comité Revolucionario don Ricardo se opuso a la muerte de Urquiza. Pero la mayoría así lo decidió y él-López Jordán- acató tal decisión. No puede pensarse seriamente que las órdenes de los matadores fueran «apresar a Urquiza y a su familia y llevarlo ante López Jordán», como lo sostiene por ejemplo Aníbal S. Vázquez. Y es que, a la misma hora que asesinaban a Urquiza, los rebeldes hermanos Mariano y Carlos Querencio, lugartenientes de López Jordan, mataban en Concordia en forma muy parecida a su padre, a los hijos de Urquiza, Waldino y Justo Carmelo. Y se escapaban por un pelo su otro hijo Teófilo-jefe político de Concepción del Uruguay- y su yerno Victorica, quien se refugió en un barco español anclado en el puerto uruguayense, salvando así su vida. El Dr.Romulo Baltoré, secretario de Urquiza, al declarar en la causa «Mosqueira...» refiere que la partida que asesinó al general lo llevó a él prisionero. Y, a poca distancia del Palacio San José se encontraron con López Jordan que aguardaba. Al producirse el encuentro y referirle los matadores los sucesos ocurridos «se escuchaban fuertes carcajadas».
Las personas que estaban en el Palacio,-la esposa, la suegra, la cuñada y las hijas mayores de Urquiza, los sirvientes y colaboradores- al declarar ante el juez que investiga la muerte, son todas coincidentes en que los asesinos afirmaban «tener órdenes de López Jordan para matar a Urquiza»
LOS TRES ASESINATOS
Una muerte-la de Urquiza- puede ser accidental, pero tres- además de don Justo , las de Waldino y Justo Carmelo- no. Pero también es evidente que resultaba imposible dejar vivo a Urquiza: era el gobernador legal de Entre Ríos, y, aunque deteriorado, todavía conservaba un prestigio y ascendiente importante. Además el gobierno nacional inmediatamente tomaría medidas para reponerlo en el cargo. Sólo muriendo Urquiza podía López Jordán ascender al puesto de gobernador que ambicionaba.
Es cierto que en el proceso respectivo José María Mosqueira, el único entrerriano participante, fue absuelto del cargo de homicidio. Era natural que así sucediera pues él sólo participó en la toma de la guardia del Palacio San José y no en la muerte de Urquiza. Pero sí surge del expediente de su causa que, al ser Mosqueira tomado preso en Tala por el coronel Wenceslao Taborda, declaró que «Urquiza estaba muerto por orden de López Jordán, que era el nuevo gobernador». Taborda no le creyó y lo metió preso. López Jordán le dio órdenes de liberarlo. Orden que Taborda no cumplió, y entregó el prisionero a las autoridades nacionales.
Al hacerse cargo del gobierno de facto de la Provincia ,Ricardo López Jordán deplora la «víctima ilustre que se ha inmolado» aunque no dice quien es. Pero algunos párrafos antes habla que ha derrocado «la tiranía» rodeado del pueblo. En otra proclama menciona que la libertad de Entre Ríos se ha logrado porque «el tirano yace en su tumba». Si Urquiza era un «tirano», no hay por qué llamarlo «víctima ilustre» ni deplorar su muerte, que, en definitiva, sería una bendición para Entre Ríos. (es como si los Aliados al ganar la Segunda Guerra y terminar con la tiranía nazi llamaran «víctima ilustre» a Hitler y deploraran su muerte).
El historiador Aníbal S.Vázquez , sostiene que López Jordán dio orden de apresar pero no de matar a Urquiza. A los ejecutores,dice, «se les fue la mano» (¿) . Y agrega: «es lo que sucede con los testaferros y guardaespaldas». De acuerdo a esto López Jordan tiene, por lo menos, culpa al elegir la gente a la que encarga tan delicada misión...
Pero es que además, López Jordan, una vez en el poder (de facto), no manda investigar el crimen, ni castiga a los asesinos: por el contrario, los llama «patriotas que han salvado las instituciones», los asciende y promueve a altos cargos.
¿DEFENSA DE LA AUTONOMÍA?
Diversos autores-por ejemplo Fermín Chávez- han ensalzado a López Jordan como «defensor de la autonomía entrerriana» . Para hacernos una idea más aproximada a la realidad, es bueno leer un trabajo poco conocido, pero muy bien documentado, que editara años atrás la Academia Nacional de la Historia, de autoría de un Sr.Pedro Santos Martínez. Se llama «La Revolución Jordanista y el Brasil». A través de él nos enteramos de los planes de López Jordan y su gente, encaminados a segregar las Provincias de Entre Ríos y Corrientes y ponerlas bajo el protectorado del Imperio de Brasil. El secretario de López Jordán, José Hernández -futuro autor del «Martín Fierro»- redacta un manifiesto dirigido al Barón de Río Branco, que el propio suegro de López Jordan don Manuel Puig, entrega personalmente en la corte de Río de Janeiro. El Imperio del Brasil-en aquella época una monarquía- auxilió con armas, barcos y provisiones la rebelión de López Jordan . Y, de no ser por la rápida intervención de las fuerzas nacionales mandadas por el presidente Sarmiento, la separación de estas provincias-Entre Ríos y Corrientes- y su anexión al Brasil hubiera sido un hecho. Anteriormente López Jordan quiso hacer lo mismo con el Paraguay de Solano López y con ese motivo fue uno de los promotores de los motines de Basualdo y Toledo que desbandaron las tropas entrerrianas que debían marchar al frente paraguayo. En el archivo de la correspondencia de López Jordan- Academia de la Historia, B.Aires- he encontrado cartas muy interesantes al respecto. Entre otras, una donde, al conocerse el resultado de la batalla de Curupaytí , donde mueren cerca de 9.000 soldados argentinos, López Jordan lo festeja con las palabras «¡hip, hip, hurra!».
LOS MOTIVOS DEL CRIMEN
Los asesinos entraron en el Palacio gritando «¡Muera el traidor vendido a los porteños!». Resulta estraño que se califique a Urquiza de «genuflexo» o «vendido» ante el poder porteño: de ser así, en algún momento, Urquiza hubiera ido a Buenos Aires a ofrecer sus servicios. En cambio el presidente Sarmiento -que no era porteño sino sanjuanino-vino a Entre Ríos a visitar a Urquiza. El motivo era que el gobierno sarmientino se veía hostilizado por los elementos del mitrismo. Y Sarmiento hombre sin partido, para neutralizarlo, quería buscar una alianza con el jefe del federalismo del interior. Urquiza, despues de Pavón había conseguido que Mitre y los porteños aceptasen la Constitución federal y se unificase el territorio nacional. La autonomía de Entre Ríos, mientras vivió Urquiza era escrupulosamente respetada por el gobierno nacional. Cosa que no ocurrió cuando López Jordan, tras el asesinato de su gobernador, usurpó el gobierno de la Provincia.
¿REBELION «POPULAR»?
Otra falacia -sostenida sin embargo por muchos historiadores - es afirmar que «toda Entre Ríos se encolumnó detrás de López Jordan». La partida que asesina a Urquiza está formada por cincuenta hombres de los cuales sólo uno-Mosqueira- es entrerriano. El resto se trata de orientales, correntinos, y algún porteño. El jefe del grupo era el cordobés Simón Luengo. Al reunirse la Legislatura sólo nueve diputados sobre veintitres votan por elegir gobernador a López Jordán . La Constitución de entonces exigía tres cuartas partes de votos.
Me he ocupado, aquí y en Buenos Aires, de rastrear los diarios de la época y encuentro cantidad de proclamas y manifiestos de prominentes entrerrianos en contra de la revuelta jordanista.
Menciono sólo algunas: además del coronel Taborda, jefe político de Tala; el 28 de abril lo hace el general Miguel Galarza una de las glorias entrerrianas, veterano de Caseros, Cepeda y Pavón. Un día después lo sigue el coronel Ciriaco Barragán. El 27 de abril publica una proclama en «El Nacional» el coronel Polonio Velásquez, jefe de la costa de Montiel.
El mismo día se hace pública otra del coronel Joaquín Gamarra, jefe político de Villaguay. Dos días después el coronel Manuel Navarro, jefe de Nogoyá y el conocido jefe militar Domingo Hereñú. En junio se conoce el pronunciamiento contra la revuelta, de los comandantes de campaña Ignacio Benavides y Benicio González. Este último, junto al veterano general Apolinario Almada, se incorporan poco después a las fuerzas nacionales con mil cuatrocientos hombres a su mando
El 16 de abril se conoce en Gualeguaychú una nota firmada por el jefe político de ese Departamento mayor Reynaldo Villar, que además firman el poeta Olegario V.Andrade, pidiendo la renuncia de López Jordán. En Concordia, el rechazo de la mayor parte de la población, obliga a los hermanos Querencio a abandonar la plaza. Y en Federación el jefe del Regimiento «Federacio-neros» coronel Miguel Guarumba se pronuncia abiertamente en favor de las fuerzas nacionales. No hay, practica-mente, un solo jefe departamental que apoye la rebelión jorda-nista.
Bernardo Ignacio Salduna
Asociación Justo José de Urquiza
El hecho se inscribía en el marco de una rebelión iniciada en la Provincia y que encabezaba Ricardo López Jordán, protegido de Urquiza y, hasta ese entonces, algo así como la segunda figura política de Entre Ríos.
El trágico suceso del que se cumple este viernes ciento cuarenta y cuatro años, sugiere algunos interrogantes e invita a algunas reflexiones :
¿MUERTE ACCIDENTAL O CRIMEN PREMEDITADO?
Varios historiadores sugieren lo primero. Parten de la base que no existe documento escrito alguno del jefe de la revuelta que acreditase tal propósito. Es cierto: no hay, ni podría haber un documento expreso donde López Jordán reconociese haber dado la orden de matar al general Urquiza. Es absurdo sólo suponerlo. Pero sí existe lo que los abogados llaman indicios «graves, precisos y concordantes», para afirmar, con un enorme margen de certeza, que el crimen fue premeditadamente decidido por los insurrectos encabezados por Ricardo López Jordán. Hay un trabajo del Dr. Martín Ruiz Moreno, que afirma que en las reuniones del Comité Revolucionario don Ricardo se opuso a la muerte de Urquiza. Pero la mayoría así lo decidió y él-López Jordán- acató tal decisión. No puede pensarse seriamente que las órdenes de los matadores fueran «apresar a Urquiza y a su familia y llevarlo ante López Jordán», como lo sostiene por ejemplo Aníbal S. Vázquez. Y es que, a la misma hora que asesinaban a Urquiza, los rebeldes hermanos Mariano y Carlos Querencio, lugartenientes de López Jordan, mataban en Concordia en forma muy parecida a su padre, a los hijos de Urquiza, Waldino y Justo Carmelo. Y se escapaban por un pelo su otro hijo Teófilo-jefe político de Concepción del Uruguay- y su yerno Victorica, quien se refugió en un barco español anclado en el puerto uruguayense, salvando así su vida. El Dr.Romulo Baltoré, secretario de Urquiza, al declarar en la causa «Mosqueira...» refiere que la partida que asesinó al general lo llevó a él prisionero. Y, a poca distancia del Palacio San José se encontraron con López Jordan que aguardaba. Al producirse el encuentro y referirle los matadores los sucesos ocurridos «se escuchaban fuertes carcajadas».
Las personas que estaban en el Palacio,-la esposa, la suegra, la cuñada y las hijas mayores de Urquiza, los sirvientes y colaboradores- al declarar ante el juez que investiga la muerte, son todas coincidentes en que los asesinos afirmaban «tener órdenes de López Jordan para matar a Urquiza»
LOS TRES ASESINATOS
Una muerte-la de Urquiza- puede ser accidental, pero tres- además de don Justo , las de Waldino y Justo Carmelo- no. Pero también es evidente que resultaba imposible dejar vivo a Urquiza: era el gobernador legal de Entre Ríos, y, aunque deteriorado, todavía conservaba un prestigio y ascendiente importante. Además el gobierno nacional inmediatamente tomaría medidas para reponerlo en el cargo. Sólo muriendo Urquiza podía López Jordán ascender al puesto de gobernador que ambicionaba.
Es cierto que en el proceso respectivo José María Mosqueira, el único entrerriano participante, fue absuelto del cargo de homicidio. Era natural que así sucediera pues él sólo participó en la toma de la guardia del Palacio San José y no en la muerte de Urquiza. Pero sí surge del expediente de su causa que, al ser Mosqueira tomado preso en Tala por el coronel Wenceslao Taborda, declaró que «Urquiza estaba muerto por orden de López Jordán, que era el nuevo gobernador». Taborda no le creyó y lo metió preso. López Jordán le dio órdenes de liberarlo. Orden que Taborda no cumplió, y entregó el prisionero a las autoridades nacionales.
Al hacerse cargo del gobierno de facto de la Provincia ,Ricardo López Jordán deplora la «víctima ilustre que se ha inmolado» aunque no dice quien es. Pero algunos párrafos antes habla que ha derrocado «la tiranía» rodeado del pueblo. En otra proclama menciona que la libertad de Entre Ríos se ha logrado porque «el tirano yace en su tumba». Si Urquiza era un «tirano», no hay por qué llamarlo «víctima ilustre» ni deplorar su muerte, que, en definitiva, sería una bendición para Entre Ríos. (es como si los Aliados al ganar la Segunda Guerra y terminar con la tiranía nazi llamaran «víctima ilustre» a Hitler y deploraran su muerte).
El historiador Aníbal S.Vázquez , sostiene que López Jordán dio orden de apresar pero no de matar a Urquiza. A los ejecutores,dice, «se les fue la mano» (¿) . Y agrega: «es lo que sucede con los testaferros y guardaespaldas». De acuerdo a esto López Jordan tiene, por lo menos, culpa al elegir la gente a la que encarga tan delicada misión...
Pero es que además, López Jordan, una vez en el poder (de facto), no manda investigar el crimen, ni castiga a los asesinos: por el contrario, los llama «patriotas que han salvado las instituciones», los asciende y promueve a altos cargos.
¿DEFENSA DE LA AUTONOMÍA?
Diversos autores-por ejemplo Fermín Chávez- han ensalzado a López Jordan como «defensor de la autonomía entrerriana» . Para hacernos una idea más aproximada a la realidad, es bueno leer un trabajo poco conocido, pero muy bien documentado, que editara años atrás la Academia Nacional de la Historia, de autoría de un Sr.Pedro Santos Martínez. Se llama «La Revolución Jordanista y el Brasil». A través de él nos enteramos de los planes de López Jordan y su gente, encaminados a segregar las Provincias de Entre Ríos y Corrientes y ponerlas bajo el protectorado del Imperio de Brasil. El secretario de López Jordán, José Hernández -futuro autor del «Martín Fierro»- redacta un manifiesto dirigido al Barón de Río Branco, que el propio suegro de López Jordan don Manuel Puig, entrega personalmente en la corte de Río de Janeiro. El Imperio del Brasil-en aquella época una monarquía- auxilió con armas, barcos y provisiones la rebelión de López Jordan . Y, de no ser por la rápida intervención de las fuerzas nacionales mandadas por el presidente Sarmiento, la separación de estas provincias-Entre Ríos y Corrientes- y su anexión al Brasil hubiera sido un hecho. Anteriormente López Jordan quiso hacer lo mismo con el Paraguay de Solano López y con ese motivo fue uno de los promotores de los motines de Basualdo y Toledo que desbandaron las tropas entrerrianas que debían marchar al frente paraguayo. En el archivo de la correspondencia de López Jordan- Academia de la Historia, B.Aires- he encontrado cartas muy interesantes al respecto. Entre otras, una donde, al conocerse el resultado de la batalla de Curupaytí , donde mueren cerca de 9.000 soldados argentinos, López Jordan lo festeja con las palabras «¡hip, hip, hurra!».
LOS MOTIVOS DEL CRIMEN
Los asesinos entraron en el Palacio gritando «¡Muera el traidor vendido a los porteños!». Resulta estraño que se califique a Urquiza de «genuflexo» o «vendido» ante el poder porteño: de ser así, en algún momento, Urquiza hubiera ido a Buenos Aires a ofrecer sus servicios. En cambio el presidente Sarmiento -que no era porteño sino sanjuanino-vino a Entre Ríos a visitar a Urquiza. El motivo era que el gobierno sarmientino se veía hostilizado por los elementos del mitrismo. Y Sarmiento hombre sin partido, para neutralizarlo, quería buscar una alianza con el jefe del federalismo del interior. Urquiza, despues de Pavón había conseguido que Mitre y los porteños aceptasen la Constitución federal y se unificase el territorio nacional. La autonomía de Entre Ríos, mientras vivió Urquiza era escrupulosamente respetada por el gobierno nacional. Cosa que no ocurrió cuando López Jordan, tras el asesinato de su gobernador, usurpó el gobierno de la Provincia.
¿REBELION «POPULAR»?
Otra falacia -sostenida sin embargo por muchos historiadores - es afirmar que «toda Entre Ríos se encolumnó detrás de López Jordan». La partida que asesina a Urquiza está formada por cincuenta hombres de los cuales sólo uno-Mosqueira- es entrerriano. El resto se trata de orientales, correntinos, y algún porteño. El jefe del grupo era el cordobés Simón Luengo. Al reunirse la Legislatura sólo nueve diputados sobre veintitres votan por elegir gobernador a López Jordán . La Constitución de entonces exigía tres cuartas partes de votos.
Me he ocupado, aquí y en Buenos Aires, de rastrear los diarios de la época y encuentro cantidad de proclamas y manifiestos de prominentes entrerrianos en contra de la revuelta jordanista.
Menciono sólo algunas: además del coronel Taborda, jefe político de Tala; el 28 de abril lo hace el general Miguel Galarza una de las glorias entrerrianas, veterano de Caseros, Cepeda y Pavón. Un día después lo sigue el coronel Ciriaco Barragán. El 27 de abril publica una proclama en «El Nacional» el coronel Polonio Velásquez, jefe de la costa de Montiel.
El mismo día se hace pública otra del coronel Joaquín Gamarra, jefe político de Villaguay. Dos días después el coronel Manuel Navarro, jefe de Nogoyá y el conocido jefe militar Domingo Hereñú. En junio se conoce el pronunciamiento contra la revuelta, de los comandantes de campaña Ignacio Benavides y Benicio González. Este último, junto al veterano general Apolinario Almada, se incorporan poco después a las fuerzas nacionales con mil cuatrocientos hombres a su mando
El 16 de abril se conoce en Gualeguaychú una nota firmada por el jefe político de ese Departamento mayor Reynaldo Villar, que además firman el poeta Olegario V.Andrade, pidiendo la renuncia de López Jordán. En Concordia, el rechazo de la mayor parte de la población, obliga a los hermanos Querencio a abandonar la plaza. Y en Federación el jefe del Regimiento «Federacio-neros» coronel Miguel Guarumba se pronuncia abiertamente en favor de las fuerzas nacionales. No hay, practica-mente, un solo jefe departamental que apoye la rebelión jorda-nista.
Bernardo Ignacio Salduna
Asociación Justo José de Urquiza
"Que nuestra tierra quiera salvarnos del olvido, por estos siglos que en ella hemos servido". Leopoldo Lugones
Video editado para utilizar solamente las partes donde se describe la muerte del General Urquiza.
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